Madre Vs Emprendedora

Todos hemos sentido alguna vez esos segundos de felicidad que te remueven por dentro

como cuando viajas a algún lugar hermoso y te detienes a ver el paisaje.

O cuando corres tu primera carrera como runner y cruzas la línea de meta.

O simplemente cuando saboreas el primer bocado de esa receta familiar que no sueles comer a menudo… 

 

Son apenas unos segundos,

un mínimo instante en el que todo tu cuerpo y tu mente parecen estar en paz,

ese momento en que sientes que la vida vale la pena.

 

Cada persona lo habrá vivido o lo querrá vivir en una situación diferente

pero cuando tienes un hijo te aseguro que vas a disfrutar de ese pequeño momento de felicidad todos los días de tu vida.

 

Desde la primera vez que le veas sonreír en tu pecho,

pasando por todas las veces que lo mires durmiendo plácidamente en tus brazos,

o cada vez que ellos te miren con cara de pillos porque les apetece jugar a hacerte cosquillas,

o simplemente cada abrazo, beso o ‘te quiero’ que les salga espontáneamente… 

 

Y es que sí, tener un hijo es muy duro,

y montar un negocio también,

y las dos cosas a la vez parece una misión imposible,

pero al final todos disponemos del mismo tiempo y la diferencia reside en que cada uno decide gastarlo en lo que más le hace feliz.

 

Bajo mi propia experiencia,

sé que nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de los abuelos,

o como dice Laura Baena del Club de las MalasMadres, los ‘Buenos Abuelos’,

esos que siempre están dispuestos a echar una mano con la mejor de sus sonrisas.

 

Porque de momento no tenemos otra forma de conciliar y porque tampoco estamos dispuestas a renunciar a nada.

 

Así que, las que estéis en una situación parecida y busquéis un consejo os diré: 

 

Sigue tu instinto y lucha por lo que quieres pero no intentes llegar a todo porque no somos (ni tenemos que ser) superheroínas, simplemente aprovecha y emplea tu tiempo en aquello que te haga feliz.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.