Está claro que una funda de sombrilla muchas veces te salva la vida.
Normalmente ya vamos suficientemente cargados a la playa como para tener que llevar el palo de la sombrilla en una mano y la parte de arriba en la otra mano (y si te gusta llevar el pincho ese para clavarla, ya ni te cuento).
Hay que reconocer que la funda para la sombrilla es un invento realmente útil.
Pero oigan, señores o señoras fabricantes de sombrillas,
van a tener que admitir que esas funditas que vienen junto con la sombrilla,
dejan bastante que desear…
A parte de que suelen ser bastante feas, también suelen ser bastante malas
y como parece ser que les cobran la tela por metros, las fabrican tan justitas de tamaño que antes de terminar el primer verano (o con suerte, el segundo), ya están medio rotas.
O rotas del todo.
Incluso hay veces que te da hasta vergüenza llevar la funda tan tan rota…
Así que, mejor dejar esa tarea a los fabricantes de fundas ¿no?