Existen dos tipos de personas: Los que se agobian cuando van a la playa y los que saben disfrutar de la vida

Si pensamos en la idílica imagen de dos tumbonas mirando hacia el mar, bajo la sombra de una hermosa palmera y con un refresco fresquito en la mano, está claro que todos disfrutaríamos de ese momento maravilloso. 

Pero claro, llega un día en que decidimos ir a la playa, porque es verano y es lo que se hace en verano, y nos topamos con la dichosa realidad donde resulta que para llegar a esa imagen perfecta, necesitamos unos 50 preparativos previos que hacen que la experiencia no resulte tan agradable (y ya no te cuento si vas con niños, que todo resulta 2 o 7 veces más complicado) 

Resulta que primero tenemos que buscar y sacar todos los bártulos necesarios del trastero/armario/el sitio donde se guardan las cosas que no usas nunca, luego tenemos que preparar los bañadores y los bolsos con todos los potingues habidos y por haber, y por último hay que bajar y cargar en el coche todos los trastos hasta que no quede ningún hueco libre para mirar por el retrovisor. 

Pero ahí no acaba la cosa, cuando llegamos a la playa suelen ser las 12 del mediodía, y todavía nos quedará transportar la media casa que llevamos encima, desde el lugar donde hemos aparcado (que suele estar bastante lejos) hasta la primera, o tercera, línea de playa.

Cuando por fin conseguimos encontrar un hueco donde plantar nuestro campamento (después de andar sobre lo que el 90% de la gente describiría como arenas movedizas, ya que parece que las piernas te pesan el doble de lo normal… y todo eso claro, bajo un sol de mil demonios que te arden hasta las pestañas) tienes que ponerte a plantar la sombrilla (porque siento decirte que la palmera esa de la foto no suele estar nunca en tu hueco), sacar las toallas, colocar las sillas y la nevera dentro de la sombrita, ponerte la crema…

Ah y al final resulta que después de toda esta odisea, cuando quieres darte cuenta, han pasado ya un par de horas y es casi el momento de irte… Asi que tienes que hacer exactamente lo mismo ¡pero al revés!

 

¿Qué? ¿Te sientes identificado? ¿Eres del primer grupo de personas? 

 

Pues déjanos decirte que hay otra forma de hacer todo esto. Créenos que realmente existe otra manera mucho más divertida y placentera de ir a la playa ¡y con niños incluidos!

Entra en el mundo SunamiS y lo descubrirás.

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